La casa de
dos plantas que nos ocupa tiene una fachada de tres cuerpos horizontales separados
por dos cornisas de un color ocre claro que contrasta con el blanco de la pared. Entre ellas destaca la gran cornisa que
subraya el pretil almenado, realzando las magnificas almenas que adornan el
edificio (primera fotografía superior). Todo
el conjunto está dotado de una
impecable simetría respecto al eje vertical que pasa por el centro del balcón, que
está dividido físicamente en dos mitades por una elegante reja de circular
(segunda fotografías superior). Precisamente,
el gran balcón constituye el centro del escenario, en torno al cual orbitan los demás elementos de la
fachada: los dos grandes cierros situados a ambos lados del mismo (fotografía
lateral); la puerta de entrada ubicada en el lienzo inferior, perfectamente centrada bajo el balcón y
acompañada de dos cierros (más pequeños) colocados justamente debajo de los superiores
(primera fotografía inferior) y, en la
parte más alta, el dosel de color negro (segunda fotografía inferior), paralelo
a la cornisa superior, el pretil y las almenas. Así pues, este conjunto de
elementos y simetrías confieren al edificio una estética singular que, tras su
restauración, contribuye a poner en valor el
antiguo caserío de San Fernando.
Nota: Como se está celebrando el segundo centenario de los
hechos que tuvieron lugar en San Fernando y Cádiz, entre los años 1810 y 1812,
que culminaron con la promulgación de la Constitución de Cádiz de 1812 y la
independencia de la mayoría de los países americanos, creo que es oportuno
señalar que el nombre de la calle de San Fernando de la que estamos hablando
se refiere a don Antonio de Escaño y García, teniente general de Marina y
miembro del primer Consejo de Regencia del Reino. Este Consejo se constituyó en
1810 para llevar a cabo las tareas de gobierno y la convocatoria de Cortes del
Reino; lo integraban, junto al citado teniente general Escaño, el
obispo de Orense Pedro de Quevedo y Quintano, el capitán general Francisco
Javier Castaños Aragorri Urioste y Olavide, el antiguo
ministro Francisco
de Saavedra y Sangronis y Esteban Fernández de León e Ibarra. Para que
la representación de Nueva España fuera más adecuada, este último fue
sustituido enseguida por Miguel de Lardizábal y Uribe, nacido
en la hacienda de San Juan del Molino, municipio de Tepetitla de Lardizábal, en
el estado de Tlaxcala, México, en 1744.
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