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lunes, 26 de agosto de 2013

Edificios sin almenas I




El casco antiguo de San Fernando se conservó intacto hasta los años sesenta del siglo XX. La mayoría de las casas tenían fachadas con características similares, una de las cuales era la existencia de almenas con una variada tipología. El número de éstas era tan elevado, que un conjunto considerable de las mismas aún se conserva, como queda patente en este blog. Sin embargo, no todas las casas antiguas de San Fernando fueron diseñadas siguiendo un estilo que comportara culminar las fachadas con pretiles almenados, y constituye un hecho notable la existencia de un conjunto de edificios de un estilo distinto, una de cuyas sus señas de identidad, pero no la única, es la de carecer de almenas. La cantidad de ellos era considerablemente menor que la de las abundantes casas con almenas construidas en estilo barroco o, a veces, siguiendo patrones neoclásicos y, al igual que los demás, su número disminuyó en el proceso destructivo que tuvo lugar en el último tercio del siglo pasado. (Es conocido que durante este período se construyeron bloques a diestro y siniestro por todas las calles de La Isla, y todo ello sin un criterio de respeto a las alturas, ni a las proporciones, ni a las características estéticas del entorno; incluso a alguna “mente lúcida” se le ocurrió someter a retranqueo a algunas de las calles más bellas y emblemáticas de ciudad – en fin, todo un desastre -). No obstante, todavía se conservan ejemplares que permiten documentar la presencia de dos estilos diferenciados en la arquitectura urbana tradicional de San Fernando. Y, además, un hecho tan notabilísimo cual es la subsistencia de algunos edificios cuyas fachadas fueron construidas siguiendo un estilo híbrido entre ambos, que sí poseen almenas. Es precisamente por esto último, por lo que en este “blog de almenas” dedicaremos una serie de entradas a mostrar las características peculiares de edificios que carecen de ellas.
En lo que sigue se presentará una visión panorámica de algunos ejemplos de estos “edificios sin almenas” que todavía se conservan. i) El primero elegido es el que se denominará “Hotel Roma”, dado que este establecimiento ocupa casi la totalidad del inmueble. Está situado haciendo esquina entre las calles Real y Cervantes (primera de las fotografía superiores). El inmueble adyacente, el ya clásico “Bar Reverte”, es del mismo estilo –salvo el añadido “moderno” de la segunda planta-, completando así la segunda esquina de la manzana de casas entre las calles Real y General Serrano (segunda fotografía superior). ii) El siguiente ejemplo está situado haciendo esquina entre las calles Real y Pizarro (tercera fotografía superior). Esta gran casa, muy interesante en cuanto a la distribución de los espacios –en algunas zonas tiene una planta y en otras tres-, fue residencia de una marquesa – ¿la marquesa viuda de Villasegura? - durante una parte del siglo XX. De ahí la denominación que se le ha dado: “Casa de la Marquesa.” iii) El tercer ejemplo (primera fotografía inferior) es un gran edificio con fachadas a las calles Gravina, San Rafael y Colón. La parte superior eran viviendas de proporciones casi palaciegas y la planta baja establecimientos comerciales entre los que destaca la centenaria “Farmacia Matute”, cuyo nombre se ha utilizado para designar el edificio. iv) Para finalizar, se muestran sendos inmuebles de una planta (segunda y tercera fotografías inferiores) dedicados a tiendas y almacenes, que se encuentran situados principalmente en la calle “Antonio López”, aunque cada uno de ellos tiene fachadas a tres calles.
Las siguientes tres entradas se dedicarán a mostrar imágenes de las características principales que conforman el estilo de estos edificios. A saber, a) pretiles sin almenas, b) esquinas redondeadas y c) deferentes tipos de arcos utilizados en sus puertas y ventanas. Finalmente, una quinta entrada se utilizará para mostrar una pequeña galería fotográfica de edificios sin almenas.



Edificios sin almenas II (los pretiles)





La mayoría de los pretiles de los edificios sin almenas tienen largas cartelas horizontales separadas por pilastras (ver fotografías). El hecho de que sean pilastras y no pilares y, además, que carezcan de un cuerpo superior que constituya un adorno –copa u otro objeto- es lo que precisamente confiere al edificio la característica de no poseer almenas (1). Como se muestra en los ejemplos estudiados, las pilastras pueden ser lisas o llevar un motivo decorativo más o menos elaborado (ver fotografías superiores). Mención aparte merece la decoración de los trozos de pretiles curvos de las esquinas que pueden variar desde una elaborada decoración en relieve hasta ser completamente lisos (ver fotografías inferiores).
En la última de las fotografías inferiores se da cuenta de un hecho algo insólito según el cual hay una única almena en la “Casa de la Marquesa”, que se halla medio embutida en un muro. En principio, esa almena no debía estar ahí, pero su existencia permite elucubrar sobre si originalmente el edificio tenía almenas –entonces, sería del estilo híbrido al que no hemos referido en la primera entrada de esta serie -, o bien, estas se proyectaron en un primer diseño y sólo una se llego a construir. De cualquiera de las maneras, el edificio en su forma actual tiene todas las características de una casa sin almenas, constituyendo un hecho extraño y singular la existencia de esa almena “solitaria”.

(1) Sería motivo de debate el tema de si los pilares, aun poseyendo un adorno (generalmente en forma de copa), deben superar la altura del pretil para ser considerados almenas. En este blog, desde el comienzo, se ha considerado “almena” a un pilar con adorno, independientemente de que su altura sobrepasara o no la del pretil. (Ver, por ejemplo, la entrada de 23 de septiembre de 2010 dedicada al edificio de “La Salle”, al que volveremos en su momento).




Edificios sin almenas III (las esquinas)


Los ejemplos más señeros de los edificios “sin almenas” están situados casi siempre haciendo esquina. A veces, ocupan una superficie considerable y tienen fachadas a tres calles. Esta abundancia relativa de esquinas hace que inmediatamente resalte otra de las características más peculiares de estos inmuebles: el trazado redondeado de las mismas que, como queda claramente de manifiesto en la primera fotografía superior, contrasta con los ángulos rectos y las almenas esquineras de los abundantes edificios barrocos. (¿Hasta cuándo los dichosos “cablecitos negros” que afean todas las calles de “La Isla”, Sr. Alcalde?).
Generalmente las esquinas tienen una gran curvatura, pero en contadas ocasiones ésta se suaviza generando un lienzo de fachada curvo lo suficientemente grande como para albergar una puerta o balcón (segunda y tercera fotografías superiores). Mayoritariamente encontramos cortos tramos de fachadas curvas, a veces ornamentados con trazados geométricos (primera fotografía inferior) u otros tipos de relieves más elaborados (segunda fotografía inferior); o simplemente la fachada se curva en un lienzo liso carente de decoración (tercera fotografía inferior). Como no se posee un número representativo de esquinas curvas es difícil establecer cualquier clase de pautas en el diseño de las mismas (1).

(1) Recuerdo de mi infancia –nací en la calle Mariana Pineda- la existencia de un edificio del estilo que estamos tratando, con esquinas curvas incluidas, en el barrio de la Pastora. Tenía fachadas a las calles “Santo Domingo”, “Daniel González” y “Maldonado”. Cuando el inmueble fue demolido y en su lugar se construyeron casas con un estilo más parecido al barroco dominante, se conservó la estructura redondeada en las dos esquinas de la manzana de casa, hecho que constituye una singularidad en el barrio. (Ver última fotografía inferior).




Edificios sin almenas IV (los arcos)


Mientras que en la fachada de los edificios almenados de la arquitectura tradicional de San Fernando predominan las puertas y ventanas con dinteles (1), en la mayoría de los edificios sin almenas los vanos de sus fachadas poseen arcos de distintos tipos. Como se pone de manifiesto en las fotografías mostradas con anterioridad, casi la totalidad de los arcos observados pertenecen a una de las clases siguientes: arco rebajado (2), arco carpanel (3) y, más escasamente, arco de medio punto (4), siendo el primero de los citados el más utilizado. (En la primera de las fotografías se muestra la manera de trazar las versiones más simples de los arcos rebajado y carpanel).
En el edificio Hotel Roma el uso del arco rebajado es generalizado (ver segunda y tercera fotografías superiores), incluso los centros de las cubiertas de los cierros aparecen curvadas para que los huecos centrales de los mismos formen tableros con arcos rebajados (ver cuarta fotografía superior). Este detallismo en el diseño, utilizado sin lugar a duda en pro de la armonía del edificio, es impensable en la actualidad.
Como se muestra en las fotografías de la parte inferior, tanto en la “Casa de la Marquesa” como en el edificio de la “Farmacia Matute” se hace un uso sistemático de arcos carpaneles, destacando por su gran abertura y su elegante trazado los de las puertas y ventanas de este último inmueble. La situación cambia en otros de los ejemplos estudiados, el edificio de la calle “Antonio López” dedicado a tienda y talleres, donde aparecen arcos de medio punto y algún arco rebajado (última de las fotografías inferiores).

(1) Un dintel es el elemento estructural horizontal que salva un espacio entre dos apoyos. Es el elemento superior que permite crear vanos en los muros para conformar puertas, ventanas o pórticos. http://es.wikipedia.org/wiki/Dintel
(2) Arco rebajado. Aquel que consta de una porción de semicircunferencia.
(3) Arco carpanel. El que consta de varias porciones de circunferencia tangentes entre sí y trazadas desde distintos centros (RAE).
(4) Arco de medio punto. Aquel que consta de una semicircunferencia (RAE).

Edificios sin almenas V (galería de fotos)







martes, 30 de julio de 2013

Almenas con cartelas en la calle Churruca



Siguiendo con la temática de las almenas con cartelas, examinaremos los ejemplares existentes en la calle Churruca, número 20. En esta ocasión adornan la esplendida fachada de una casa de una planta (fotografías superiores) caracterizada por sus bellas proporciones, su impecable simetría y, además, por las elaboradas rejas de sus dos cierros (fotografía inferior). La fachada, teniendo todos los elementos propios de la arquitectura civil de San Fernando, se aparta del abundante barroco popular para dar paso a un predominio de líneas rectas, tanto verticales como horizontales, que imprimen al conjunto un cierto toque de clasicismo. Este se hace patente en la sencilla chambrana de la puerta de entrada, realizada originariamente con largas planchas de mármol, o en las grandes cartelas horizontales del pretil de la azotea, cuyo efecto visual queda realzado por una amplia cornisa de color blanco que contrasta con el rojo predominante en el edificio (ver fotografías).
Las cuatro almenas con cartelas que coronan la fachada son similares a las ya mostradas, pero no idénticas. (Como se ha puesto sobradamente de manifiesto es muy difícil encontrar en San Fernando dos conjuntos de almenas con el mismo diseño). Así, mientras las cartelas presentan el trazado curvilíneo, que ya podríamos denominar clásico, los pilares son esbeltos prismas biselados con cornisas de esquinas redondeadas (fotografía lateral). Estas características dotan al conjunto almenado de cierta delicadeza que, finalmente, culmina con soberbias copas adornadas con hojas (¿de acanto?) envolviendo sus cálices (ver fotografía lateral).
Esta casa estuvo deshabitada durante algún tiempo, sufriendo su fachada algún deterioro, pero afortunadamente el acierto en la restauración por parte de sus actuales propietarios la ha convertido en una de las más esplendidas de la calle Curruca, así como un ejemplo a seguir en lo que concierne a la restauración del patrimonio arquitectónico de la ciudad de San Fernando.

viernes, 28 de junio de 2013

Almenas con cartelas en la Casa de las Cadenas





Las almenas con cartelas aparecen aquí y allá adornando un número considerable de casas del casco antiguo de San Fernando. Así, una vez vistas las del convento de las Carmelitas Descalzas (entrada anterior), encontramos ejemplares de la misma tipología en la Alameda de Moreno de Guerra, en la denominada “Casa de las Cadenas”. Este edificio debe su nombre a que en tiempos gozó del denominado “Privilegio de las Cadenas”, concedido por el rey Felipe V tras alojarse en el mismo durante su visita a La Isla de León en 1729 (1), (2). Dado que el rey residió en ella, cabe pensar que en el siglo XVIII la casa era un palacete blasonado (3) de mayores dimensiones, que incluía una extensión considerable de jardines de los que formaría parte la actual Alameda.
Hoy en día la fachada está constituida por un lienzo continuo, careciendo de cornisa que separe los espacios correspondientes a la planta baja y al piso alto (primera fotografía superior). Este hecho, poco frecuente en la arquitectura isleña, produce el efecto visual de alisar la fachada, haciendo que resalten sus elementos principales: puerta de entrada, cierros y balcones (ver fotografías). En la parte superior, dos cornisas, una de ella muy ancha con diversas molduras, separan el gran lienzo rectangular de un pretil coronado por cinco almenas. En este caso, el pretil está adornado con grandes cartelas horizontales a juego con las de las almenas. Por otra parte, el uso de dos colores en la pintura del conjunto realza el carácter decorativo de las mismas (ver fotografías).
Si se comparan las almenas del convento de la Carmelitas Descalzas, que sirvieron para introducir este nuevo tipo, con las que se encuentran en la “Casa de las Cadenas” (primera de las fotografía inferiores), puede observarse que estas últimas tienen un mayor empaque -gran tamaño, ancha cornisa ribeteando el pilar, peana más elaborada, etc.- (ver fotografía lateral). Sin embargo, sus adornos son casi idénticos: copas con asas y tapas, cuya única diferencia estriba en el remate de las mismas; cuerpos con forma de piña en el convento y bulbos en las almenas que nos ocupan (primera fotografía inferior).

 
 


domingo, 16 de junio de 2013

Las almenas de las Carmelitas Descalzas I




Después de un periodo de inactividad de meses, quizás lo más idóneo es comenzar con un tema que enlace con las últimas entradas publicadas. Así, si éstas se dedicaron a las almenas de las Capuchinas, parece acertado continuar hablando de las que se hallan en el otro convento de clausura que existe en San Fernando: el monasterio de la Santísima Trinidad de las Madres Carmelitas Descalzas. Esta casa-convento despliega la horizontalidad de su fachada al final de la calle Real, camino de Cádiz, presentando todas las características de las antiguas casonas de San Fernando: pórtico, cierros, cornisas y almenas (ver las dos primeras fotografías superiores). Además, la casa posee una torre mirador (tercera fotografía superior), ciertamente infrecuente en la arquitectura civil de la ciudad. Por ello, resulta curioso el hecho de que aparezcan en los dos edificios dedicados a monasterios de clausura existentes en la localidad.
Las almenas de la casa se sitúan en tres niveles, pero las correspondientes a la planta baja de la fachada principal pasan algo desapercibidas al quedar sus pilares embutidos en un muro (primera fotografía inferior), que sin duda fue construido después de que la casa se transformara en convento, adecuándose así a las necesidades de la clausura. Estas almenas, cuya tipología presenta algunas características no estudiada hasta el momento, serán descritas en una segunda entrada dedicada a esta casa-convento. Por tanto, ahora centraremos nuestra atención en las almenas de la planta superior y del torreón.
En estos dos niveles superiores (fotografías inferiores) encontramos almenas de idéntica tipología, caracterizadas por un pilar con cornisa ancha sobre el que se sitúa una base paralelepipédica que sirve de peana a un ornamento con forma de copa con asas y tapa, culminada esta última con un adorno en forma de piña (ver fotografía lateral). Nos encontramos, por tanto, con un tipo de almena bastante frecuente, tanto en la configuración del pilar –en su momento lo denominamos G01RECT (ver entrada del 10 de noviembre de 2010) – como en la clase de ornamento. (Obsérvese que las copas de estas almenas son casi idénticas a las del convento de las Capuchinas –ver segunda fotografía inferior-). Dado que la torre carece de pretil, sus almenas parten directamente de la cornisa; entre ellas, unas rejas metálicas de sencillo trazado cercan la pequeña azotea del mirador, contribuyendo con sus líneas verticales a la esbeltez del mismo (ver fotografía superior).
Las imágenes muestran como los distintos conjuntos almenados que se divisan desde posiciones diferentes constituyen bellas estampas, donde las debidas proporciones y la distribución espacial de sus elementos dotan al edificio de una singular armonía.