En esta tercera parte de la saga titulada “Chambranas en la calle Real” se muestran cuatro pórticos vecinos de los de la entrega anterior y, también, de la casa de la entrada precedente. Por tanto, nos seguimos moviendo entre “El Carmen” y “La Ardila”. Las chambranas que los adornan son diferentes entre sí, tanto en el diseño como en su grado de barroquismo, destacando por su exuberancia el pórtico enclavado en el denominado “Patio Cambiazo” (primera de las fotografías superiores). Menos recargado, pero muy elegante, es el de la casa de Real 186, donde el blasón que corona el pórtico sirve de centro de atención de todo el conjunto. (Ya tendremos tiempos de tratar con más detalle los pórticos, las almenas y demás detalles de interés de las casas blasonadas que existen en San Fernando). No menos interesantes son los ejemplares mostrados en la fotografía inferior, donde quizás sus elementos decorativos destacan menos al no tener a la vista las piedras de sus facturas. La cuestión de encalar o no la piedra de los pórticos es una cuestión de gusto que, por consiguiente, depende de cada persona.
Nota: Antiguamente, la mayoría de los pórticos de las casas de San Fernando estaban recubierto por una gruesa capa de cal, hecho por lo que muchos pasaban desapercibidos, pero que, sin embargo, ha contribuido a su conservación. Ahora, al ponerse a la vista la piedra de muchos de ellos, se aprecia mejor su valor artístico, pero se vuelven más frágiles debido a que están construidos con “piedra ostionera”, material de origen sedimentario procedente de antiguas canteras que existían en el término municipal de San Fernando. Este tipo de piedra contiene una gran cantidad de moluscos fósiles que se desprenden con cierta facilidad, contribuyendo a la pulverización de la superficie de los sillares, que es fatal para la conservación de adornos y relieves. Creo, sin embargo, que en la actualidad el dejar a la vista la piedra ostionera no debe ser un inconveniente, ya que deben existir barnices u otro tipo de productos destinado a la protección de este tipo de piedra.
Nota: Antiguamente, la mayoría de los pórticos de las casas de San Fernando estaban recubierto por una gruesa capa de cal, hecho por lo que muchos pasaban desapercibidos, pero que, sin embargo, ha contribuido a su conservación. Ahora, al ponerse a la vista la piedra de muchos de ellos, se aprecia mejor su valor artístico, pero se vuelven más frágiles debido a que están construidos con “piedra ostionera”, material de origen sedimentario procedente de antiguas canteras que existían en el término municipal de San Fernando. Este tipo de piedra contiene una gran cantidad de moluscos fósiles que se desprenden con cierta facilidad, contribuyendo a la pulverización de la superficie de los sillares, que es fatal para la conservación de adornos y relieves. Creo, sin embargo, que en la actualidad el dejar a la vista la piedra ostionera no debe ser un inconveniente, ya que deben existir barnices u otro tipo de productos destinado a la protección de este tipo de piedra.