El casco antiguo de San Fernando se conservó intacto hasta los años sesenta del siglo XX. La mayoría de las casas tenían fachadas con características similares, una de las cuales era la existencia de almenas con una variada tipología. El número de éstas era tan elevado, que un conjunto considerable de las mismas aún se conserva, como queda patente en este blog. Sin embargo, no todas las casas antiguas de San Fernando fueron diseñadas siguiendo un estilo que comportara culminar las fachadas con pretiles almenados, y constituye un hecho notable la existencia de un conjunto de edificios de un estilo distinto, una de cuyas sus señas de identidad, pero no la única, es la de carecer de almenas. La cantidad de ellos era considerablemente menor que la de las abundantes casas con almenas construidas en estilo barroco o, a veces, siguiendo patrones neoclásicos y, al igual que los demás, su número disminuyó en el proceso destructivo que tuvo lugar en el último tercio del siglo pasado. (Es conocido que durante este período se construyeron bloques a diestro y siniestro por todas las calles de La Isla, y todo ello sin un criterio de respeto a las alturas, ni a las proporciones, ni a las características estéticas del entorno; incluso a alguna “mente lúcida” se le ocurrió someter a retranqueo a algunas de las calles más bellas y emblemáticas de ciudad – en fin, todo un desastre -). No obstante, todavía se conservan ejemplares que permiten documentar la presencia de dos estilos diferenciados en la arquitectura urbana tradicional de San Fernando. Y, además, un hecho tan notabilísimo cual es la subsistencia de algunos edificios cuyas fachadas fueron construidas siguiendo un estilo híbrido entre ambos, que sí poseen almenas. Es precisamente por esto último, por lo que en este “blog de almenas” dedicaremos una serie de entradas a mostrar las características peculiares de edificios que carecen de ellas.
En lo que sigue se presentará una visión panorámica de algunos ejemplos de estos “edificios sin almenas” que todavía se conservan. i) El primero elegido es el que se denominará “Hotel Roma”, dado que este establecimiento ocupa casi la totalidad del inmueble. Está situado haciendo esquina entre las calles Real y Cervantes (primera de las fotografía superiores). El inmueble adyacente, el ya clásico “Bar Reverte”, es del mismo estilo –salvo el añadido “moderno” de la segunda planta-, completando así la segunda esquina de la manzana de casas entre las calles Real y General Serrano (segunda fotografía superior). ii) El siguiente ejemplo está situado haciendo esquina entre las calles Real y Pizarro (tercera fotografía superior). Esta gran casa, muy interesante en cuanto a la distribución de los espacios –en algunas zonas tiene una planta y en otras tres-, fue residencia de una marquesa – ¿la marquesa viuda de Villasegura? - durante una parte del siglo XX. De ahí la denominación que se le ha dado: “Casa de la Marquesa.” iii) El tercer ejemplo (primera fotografía inferior) es un gran edificio con fachadas a las calles Gravina, San Rafael y Colón. La parte superior eran viviendas de proporciones casi palaciegas y la planta baja establecimientos comerciales entre los que destaca la centenaria “Farmacia Matute”, cuyo nombre se ha utilizado para designar el edificio. iv) Para finalizar, se muestran sendos inmuebles de una planta (segunda y tercera fotografías inferiores) dedicados a tiendas y almacenes, que se encuentran situados principalmente en la calle “Antonio López”, aunque cada uno de ellos tiene fachadas a tres calles.
Las siguientes tres entradas se dedicarán a mostrar imágenes de las características principales que conforman el estilo de estos edificios. A saber, a) pretiles sin almenas, b) esquinas redondeadas y c) deferentes tipos de arcos utilizados en sus puertas y ventanas. Finalmente, una quinta entrada se utilizará para mostrar una pequeña galería fotográfica de edificios sin almenas.