
En su fachada principal, la casa Lazaga cuenta con una fila de almenas cuyos pilares forman parte del pretil, teniendo su misma altura. Sin embargo, parece que al que diseñó el conjunto le interesaba señalar la diferencia entre el pretil y los pilares de las almenas y, con este propósito, proyectó tres ranuras en cada uno de ellos para darles verticalidad, en contraste con las líneas horizontales características de los pretiles. Los únicos elementos, pues, que sobresalen verticalmente son seis grandes jarrones con tapas que adornan la parte superior del edificio. Nos encontramos así con un ejemplo de la clase que hemos denominado “almenas con pilares pequeños”. Puede observarse en las fotografías que las tapas de los jarrones tienen un pináculo que culmina en un adorno con forma de piña, también, que en los laterales se hallan adosadas carátulas o máscaras representando personajes con expresiones grotescas: demonios, monstruos o seres mitológicos. Esperemos que esta gran casa, de propiedad municipal, no se convierta en un recuerdo, como ocurrió con la soberbia mansión que contenía la llamada torre de Zimbrelo, que hoy únicamente podemos contemplar en fotos antiguas.
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