En el fondo de la Alameda Moreno de Guerra se halla una casa –el número 4-, que quizás por su emplazamiento y por ciertos recuerdos de la infancia siempre me pareció algo misteriosa, su fachada tiene una característica, compartida con su vecina, difícil de encontrar en San Fernando; tal es la fila de tejas que sustituye a la típica cornisa omnipresente en la arquitectura tradicional de La Isla. La función de esa fila de tejas, cuyo número se puede contar con los dedos de las manos en el caserío de La Isla, me resulta totalmente desconocida. En esta casa aparece otra variedad –la tercera- del tipo de almena que estamos describiendo. Así, el pilar básico permanece inalterado, pero encima del mismo se encuentra un pináculo abalaustrado que da esbeltez a la almena. Es una lástima que el diseño original solo pueda apreciarse en una de ellas, ya que en las almenas restantes la parte superior del adorno se ha desprendido -los contrastes de temperatura producen grietas, y luego, el levante se encarga del resto-. A menos que aparezca en otro lugar de San Fernando, cosa que dudo, nos encontramos ante un tipo de almena en vías de extinción. Queden, pues, las fotografías como testimonio por si alguien quiere reproducir el diseño en el futuro.
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