Resulta curioso observar como un determinado tipo de almena se repite en un conjunto más o menos numeroso de casas contiguas o cercanas. Es como si hubieran sido edificadas por los mismos técnicos; o bien, el encargado de la construcción de una casa determinada tomara el diseño de los edificios cercanos. Un ejemplo de esta situación lo encontramos en las almenas piramidales que se hallan en la Alameda Moreno de Guerra. Allí, junto a la casa número 2, de la que ya hemos hablado, aparece de nuevo la tipología piramidal en la casa que hace esquina con la calle Real. Es este caso, como se aprecia en la fotografía superior, las almenas son menos esbeltas que las de la casa contigua, pero mantienen unas proporciones adecuadas. El por qué de la menor altura de las almenas de esta casa, respecto a su vecina, puede adivinarse si se observa la almena común a los dos edificios (parte derecha de la fotografía inferior). En ella se pone de manifiesto que el pretil de la casa que nos ocupa alcanza una altura mayor. Sin embargo, al incluir las almenas, las alturas de las fachadas se igualan. Parece, pues, que los constructores de antaño optaron por la solución de rebajar las alturas de las almenas de esta casa con el propósito de armonizar las proporciones del conjunto. ¡Igualito que ahora!
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